18 mar 2010

ELECCIONES EN COLOMBIA: CRISIS DE REPRESENTATIVIDAD

Desde la época de la extensión del sufragio universal se pensó que existía un solo acto entre la elección y la conclusión del mandato de los representantes del pueblo. Pero a medida que ha transcurrido el tiempo se ha visto claramente que existe un primer acto mediante el cual muchos eligen a pocos y un segundo acto en el que estos pocos traicionan a los muchos, representando a intereses ajenos al mandato recibido. Ya ese mal se incuba en los partidos políticos reducidos a cúpulas separadas de las necesidades del pueblo. Ya, en la máquina partidaria, los grandes intereses financian candidatos y dictan las políticas que éstos deberán seguir.

Esto evidencia una profunda crisis en el concepto y la implementación de la representatividad. Y tal situación no podrá ser revertida hasta que no haya una legislación estricta de control de financiamiento de los partidos políticos, una clara paridad en el manejo de la difusión pública de las propuestas que se hacen a la Ciudadanía, y un sistema de igualdad de oportunidades sin discriminación para todas las fuerzas políticas.

Por otra parte, la manipulación de la voluntad del ciudadano por sistemas eleccionarios indirectos muestra que la Democracia real está siendo asfixiada y que en esta situación la participación cada día es más escasa reflejándose este hecho hasta en el crecimiento de la abstención eleccionaria, particularmente en las franjas poblacionales mas jóvenes.

Los humanistas trabajan para transformar la práctica de la representatividad dando la mayor importancia a la consulta popular, el plebiscito y la elección directa de los candidatos.
Porque aún existen, en numerosos países, leyes que subordinan candidatos independientes a partidos políticos, o bien, subterfugios y limitaciones económicas para presentarse ante la voluntad de la sociedad. Toda Constitución o ley que se oponga a la capacidad plena del ciudadano de elegir y ser elegido, burla de raíz a la democracia real que está por encima de toda regulación jurídica. Y, si se trata de igualdad de oportunidades, los medios de difusión deben ponerse al servicio de la población en el período electoral en que los candidatos exponen sus propuestas, otorgando a todos exactamente las mismas oportunidades. Por
otra parte, deben imponerse leyes de responsabilidad política mediante las cuales todo aquel que no cumpla con lo prometido a sus electores arriesgue el desafuero, la destitución o el juicio político. Porque el otro expediente, el que actualmente se sostiene, mediante el cual los individuos o los partidos que no cumplan sufrirán el castigo de las urnas  en elección futura, no interrumpe en absoluto el segundo acto de traición a los
representados. En cuanto a la consulta directa sobre los temas de urgencia, cada día existen más posibilidades para su implementación tecnológica. No es el caso de priorizar las encuestas y los sondeos manipulados, sino que se trata de facilitar la participación y el voto directo a través de medios electrónicos y computacionales avanzados.

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