
Gracias Bogotá por apoyar a un político diferente, de nuevo tipo.
Gracias Bogotá por no comer cuento de la mala prensa y los golpes bajos de las élites informativas.
Por castigar la falta de principios y el estilo dulzón y las alianzas utilitaristas del otro candidato.
Por ponerle tate-quieto a la compulsiva ansia de poder del uberrimo.
Por distinguir el discurso sincero al discurso calculado.
Por votar a conciencia aún a pesar del desesperado terrorismo comunicativo de las grandes emisoras.
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Ahora: A participar en la construcción de una Bogotá mas humana ya!. Eso no lo pueden hacer Petro y su equipo si no cuentan con su activa participación.
Gracias Bogotá por aceptar el reto de construir una ciudad que dignifique al ser humano por encima del capital y los abolengos.